.comment-link {margin-left:.6em;}

Vespertina Star

21.5.04

Cerrando puertas.

Dice aquel que está aunque no esté que las oportunidades y psibilidades que dejas ir son puertas que cierras. Pero que esas puertas, más que limitarte, lo que hacen es darte enfoque.

Le creo. Le creo sobre todo por la forma en la que está sucediendo mi vida en las últimas semanas. Ha empezado el momento de dejar ir muchas cosas que habían dado estructura a mi vida durante los últimos años, y empezar a abrazar las nuevas posibilidades.

Ayer fue la despedida de nuestro programa de radio. La verdad es que el programa de radio es de Mónyque Superstar y ella está a punto de salir de la universidad (a dos materias, de hecho). Mónyque ha sido mi sentido de la realidad en los tres años que ha durado mi paso por la segunda carrera universitaria, no solamente ha sido mi mejor amiga sino un pasaporte a la cordura, mi raíz más profunda, mi hombro y mi mano izquierda.

Así las cosas, se organizo una repentina reunión de amigos en torno de la figura de Mó. Todos sus estrambóticos freak fans estuvimos ahí de corazón... Y yo por fin di la noticia frente a todos: Dejo de ser estudiante como ocupación principal. Estoy por cambiar de trabajo, a una consultoría que se dedica a hacer exactamente lo mío, de tiempo completo. Estudiaré, si se puede, los sábados.

Estoy cerrando mis puertas. La vida me ayuda a enfocarme, y de pronto veo horizontes que no imaginaba. Pero cerrar puertas no es lo mismo que cortar raíces. Esas se quedan bien firmes al lado de Mó (que se va a Guatemala y después a Canadá), de Paos, de mis niñas, de Sylvie, de Marco que regresará para encontrar la universidad más sola que nunca, de Rafa que ya voló pero sigue aquí... Las mismas raíces que planté también en Tania, en Erick, en los Escalante Vera, y las raíces que he creado en mi actual trabajo y con las que espero seguir conviviendo. Esas raíces que me hacen saber que provengo de algun lado más que dentro mío y que por primera vez comprendo por qué existen.

Cierro puertas, pero las que todavía están abiertas me dan todas a sitios increíbles. Ni pensar en las puertas cerradas... Mis amigos siguen siendo mis alas, y lo mejor está por llegar!

20.5.04

Recuerdos.

Acabo de ver a mi amor platónico de la preparatoria. Recuerdo su aspecto rebelde, sus pantalones rotos con un parche en la parte posterior (cortesía de una quemadura de encendedor en broma durante un viaje en camión), sus camisas de franela, su gorra de los Raiders más que maltratada. También recuerdo la irreverencia, su sarcasmo, la mirada de inocencia que sin embargo le notaba en el fondo de toda esa maraña de problemas que solía ser...

Recuerdo su impresionante inteligencia, que solamente le traía problemas porque alguien tan poco respetuoso de la autoridad y tan brillante sólo puede ser el némesis de los maestros. Recuerdo las charlas que teníamos sobre política o literatura, siempre lejos de los ojos de quienes sabían que era el payaso de la clase.

Hoy lo vi ya hecho un hombre de cabello corto y anteojos de pasta. Un adulto joven que me sonreía desde su camisa de cuadros y su chamarra de piel mientras me contaba que está por casarse con su novia de la prepa. Un señor gerente de una compañía transnacional que me jura amistad mientras se vuelve a ir de mi vida.

Hoy, justo hoy, me he sentido enormemente vieja. Pero no importa, porque yo sé que lo mejor está justo por llegar... Porque mis proyectos largamente acechados fraguan poco a poco pero de manera irreversible. Y de cualquier manera, aunque siento algo de nostalgia por lo que ya se fue, me alegra tanto pensar en lo que viene...

(Sólo me falta encontrar al que vuela. Y que el que vuela quiera volar comnigo un rato. Pero eso después, que no hay prisa...)

3.5.04

Entering the chaos.

Al mismo tiempo me gusta y desespera que la vida no sea estática. Quisiera simplemente que la plenitud hubiese durado mucho más, que mi familia fuera menos una limitante y más una compañía. Supongo que están en su papel, pero sigo creyendo que después de 25 años dejas de ser un guardián para volverte un "socio de negocios" (por ponerlo de alguna manera).

Vienen tiempos difíciles. De alguna manera tengo que marcar la diferencia entre mi vida y mis decisiones y la forma en la que mi familia quisiera que me manejara. En cierto modo entiendo en qué se basa su punto de vista, pero es algo que no me satisface ni me sirve. No creo en la iglesia que todo lo ve y todo lo sabe, no me importa el "qué dirán", quiero más un compañero que un admirador eterno. No creo que la virginidad sea un sello de garantía, no me molesta tener amigos raros, la unión libre me parece una opción muy respetable, los anticonceptivos una obligación, no he planeado mi vida en función de casarme, tener hijos y ser inmensamente feliz.

Creo mucho en mí y en la gente que me importa. No soporto ver llorar a mi madre porque cree que mi desinterés por su modo de vida se debe a que no me gusta la de ella... Pero simplemente soy distinta: No puedo seguir sus pasos por un camino ya caminado. Mis pies son míos.

Y ahora llega el momento de empezar a marcar esas diferencias, qué dificil, y aunque decidiera claudicar esta vez siempre estarían las demás, siempre habrá un punto en el que mis anhelos y los parámetros de mi familia no casarán. Y aunque cediera esta vez, la próxima sería un poco más difícil. Viene la época del tironeo, de no ceder entre mi vida y la que mi mamá quisiera que tuviera. Prefiero cometer mis propios errores, que repetir los éxitos ajenos... Que Osiris me ayude.