.comment-link {margin-left:.6em;}

Vespertina Star

23.4.07

De La vida de los otros.

Así que el hombrecillo gris tiene un alma. Hasta el más gris de los hombrecillos la tiene, sólo que no se ha dado cuenta. ¿Has escuchado la música a profundidad? ¿Has dejado que la sensación de estar vivo se te cuele por las venas?

Estás más vivo cuando escuchas que cuando vives, hombrecillo. Todos están vivos, sólo que no se han dado cuenta. Tú te has dado cuenta de lo muerto que estás, hombrecillo. Sólo tú entre todos protegerás a dos que se aman. Tú eres su escritor, su dios en miniatura, su ángel guardián. Sólo tú tienes el poder de la vida y la muerte, el último eslabón, el engrane más pequeño. Sólo tú puedes saberlo tod y callarlo todo. Sólo tú, al final, habrás amado y perdonado.

El hombrecillo gris es el más bueno de los hombres. Es el más consciente, el más candoroso, el más fiel. ¿Qué le podrías decir si te le acercas? ¿Cómo podrías agradecerle su lealtad, su muda adhesión, su protección, su espera? No existe un padrenuestro para el hombre común. No le reces. No lo toques. Escríbele. Él, entre todos, comprenderá. Los espíritus grandes pueden desarrollarse mejor en aquellos que parecen ser pequeños.

15.4.07

De La ciencia del sueño

Vivo en la frontera. No distingo entre tu fantasía y mi realidad. No me digas que estoy dormida, que no puedo sino compartir sueños contigo. Vivo de esos espacios en los que te encuentro y me encuentras, de nuestros proyectos de papel celofán.

Te he regalado las cosas que no hilvano, todo aquello que tú crees que no terminaré. No me entiendes, no te entiendo, siento que en mi programa de televisión el coprotagonista se ha esfumado de repente. No comprendemos igual la realidad. Lo que para ti es perfectamente real para mí no es sino otro espejismo; lo que para mí es una partida inminente para ti es estar parado inmóvil, anclado a puerto. Según tú vamos juntos, según yo no me muevo de este punto.

Mi programa de cartón corrugado se cae a pedazos, ya no distingo entre mi fantasía y tu realidad. Quiero soñar contigo y sospechar que la felicidad se encuentra cabalgando sobre Pony, the golden boy, atravesando ríos de celofán sobre una barca-bosque de tela a la que el viento agita. No quiero ver rastros de sangre dejados en la puerta.