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Vespertina Star

31.10.07

Aroma de sueño

Si pudiera observarte, te observaría dormir
para oler a lo que hueles cuando sueñas.
Azul Salvador.

Hoy, a mitad de su melancolía, entendí lo que tú me querías decir con este párrafo. Ese olor que despedía su piel, como azúcar que empieza a transformarse en caramelo. Su respiración lenta, que generaba calor y despedía ese pequeño aroma casi imperceptible, algo que si no fuera por su estado tan lejano a la vigilia no habría descubierto.

Hoy por fin supe a qué huele alguien cuando sueña. El amor de mi vida huele, pues, a dulce derretido, a caramelo al sol, a azúcar transfigurada. Siempre supe que eras brillantemente sensible. Hoy sin que tú lo sepas, aprendí algo de ti. Gracias por eso, por enseñarme a detectar el olor del amor.

16.10.07

La soledad de los osos de felpa.

Y me dices que no puedes dormir. Cuando estamos juntos duermes bien, profundamente. Duermes con tanta intensidad que yo desaparezco entre tus sueños. Nos acostamos juntos, pero yo soy lo mismo que una almohada entre tus brazos. Soy la manta de Linus, la almohada que me hizo mi abuela y abracé durante 20 años de mi vida. Recuerdo cuando la cama era, además de centro de reposo, campo de juegos... pero de eso hace tanto tiempo que más bien trato de olvidarlo. Duele ya no sentirse mujer, duele verme desde fuera de la cama –mi animus sentado en el sillón en esa posición de gárgola con la que se protege– transformada en un oso de felpa que se traga las lágrimas y los sollozos mientras que lo abrazas y acaricias su cabeza para ayudarte a dormir...

7.10.07

Pregunta.

¿Te has dado cuenta de que esta cama individual nos queda cada vez más grande?