Huecos
No sé si existimos tú y yo, o si ya sólo existe el vacío que creamos estando juntos. Si esta bendita fachada de normalidad y perfección se está cayendo a pedazos. El momento en el que podemos no vernos en tres días y de pronto decides que tu tristeza te pertenece a ti únicamente, y entonces, en contraparte, mi soledad es solamente mía. Dormir sola y preferir hacerlo en el sillón que en nuestra cama. Verte llegar y saber que, como ya es habitual, mi máximo contacto físico en el día serán mis animales, y temer el momento de tener que compartir la cama con un alguien que acumula silencios y distancias en torno suyo.