.comment-link {margin-left:.6em;}

Vespertina Star

1.6.04

Mi lista de exigencias.

Ja. Justo hoy, escarbando mi computadora, apareció un texto que data de hace dos truenes (casi tres, si contamos al Pozo que se había ido pero no terminaba por irse todavía). Resulta que en algún momento pensé que me iba como me iba por no saber lo que quiero. Ahora me doy cuenta de que lo sé pero me da por hacerme la ignorante. Para que no se me olvide, lo voy a publicar aquí para mi deleite personal y el de quien se accidente en este recoveco.

Ahora sé que quiero tener a alguien que me escuche. A alguien que me apoye frente a todo y frente a todos, aún cuando no esté del todo de acuerdo con mis puntos. Quiero alguien que me ayude a crear, alguien que respete mi trabajo pero que al mismo tiempo pueda ser mi crítico con inteligencia.

Quiero alguien que me resulte admirable, que sea tanto o más inteligente que yo. Quiero alguien hacia quien pueda voltear cuando todo en el mundo me parezca perdido, que en ese momento me ayude a reflexionar, luego me haga reír y finalmente me empuje a encarar al terrible mundo otra vez con mi enorme sonrisa y el espíritu triunfante.

Quiero un hombre que me atraiga de manera física y mental. Alguien que me parezca tan sexy por su forma de tocar como por su forma de hablar y de pensar. Quiero alguien cuyos memorables besos estén ahi cada mañana, sin excepción. Quiero alguien que me haga sentir sexy sin maquillaje, que se sienta atraido por las mujeres inteligentes, independientes, creativas.

Quiero alguien que sepa como hacerme reír, que comprenda que mi sentido del humor es tan simplón como complejo y que no espere menos de mí. Quiero alguien que sepa que estoy ahí para hacerlo reír, para escucharlo, para aprender de él, todo el tiempo. Quiero alguien que no espere que pasemos todo el tiempo juntos, pero que aproveche al máximo cada minuto que tenemos.

Quiero alguien que tenga una familia formidable. Que se respeten entre ellos, que me admitan en su círculo, que de vez en cuando puedan verme con ellos y jurar que también son mi familia. Quiero poder integrarlo a mi familia, a mi vida, que resista los primeros embates de posesividad de mis parientes y luego sepa que eso era lo único que bastaba para superar al dragón.

Quiero alguien que quiera tener hijos. Quiero un hombre que sepa que a pesar que el trabajo es importante, la familia también necesita un espacio, y que prefiero tener un marido y un padre a mi lado que un provedor que todo nos lo otorgue. Quiero un hombre que sepa que no sé cocinar, que odio tender las camas, que puedo lavar trastes mas detesto secarlos y que plancho camisas como un acto de amor; quiero un hombre que no espere que yo sea la mujer del hogar y que no esté esperando ser "el hombre de la casa", el todopoderoso jefe con su señora siempre un paso atrás, un escalón abajo.

Quiero alguien que me confíe todo, desde lo más dulce hasta lo más terrible, a sabiendas de que para mí la sinceridad es una necesidad y no un lujo. Quiero alguien que no sea suceptible o vulnerable a mis malos humores, que no le tema a mis fantasmas, mis dragones, mis verdades. Quiero poder hablar de todo con él.

Quiero que me acompañe, que me haga sentir cómoda en su vida y que se sienta cómodo en la mía. Quiero poder pasar las cosas más simples y las más maravillosas a su lado: Que seamos igualmente felices viajando por el mundo que sentados en el sillón de la casa una tarde de lluvia, oyendo música y hablando sobre nada en general.

Quiero un hombre que sepa lo que valgo y lo que vale. Que haga frente a sus temores y a los míos, que desee enamorarse de mí tanto como yo podría enamorarme de él. Quiero alguien que sepa que el amor crece desde la amistad y la confianza, y que no tenga toda su fe puesta en la combustión espontánea. Quiero que después de que el enamoramiento, la pasión y el sexo acaben, todavía me queden la amistad, la ternura y la inteligencia de aquel que quiera compartir conmigo sus años.

Quiero alguien que sepa que a pesar de que soy combativa, si me dan buenas razones, pierdo las ganas de pelear. Quiero alguien que respete nuestras diferencias, que cuando me vea enojada sepa que una charla y una risa bastan el 90% de las veces para terminar con todas mis defensas. Quiero alguien que no piense que las reconciliaciones son tan buenas que haga falta repetirlas una y otra vez.

Quiero alguien que viva su vida con pasión. Quiero un hombre que ame mucho de lo que hace, que disfrute su vida laboral, sus aficiones, sus manías. Quiero poder hacer tierra común de sus pasiones y las mías, para poder pasar más horas discutiendo con el alma respecto a algún tema que tengamos en común, aunque nuestras visiones pudieran ser distintas o alguno supiera más que el otro en ciertas áreas.

Quiero alguien que no existe tal vez, alguien que estoy creando con palabras y recuerdos de momentos pasados, de alegrías idas, de dolores que hace tiempo están fríos ya. Quiero alguien que sepa ser mucho más que mi mejor amigo, que sepa enamorarme y amarme con ternura, con pasión, con locura. Quiero alguien con quien pueda platicar en veinte años, con quien al final un silencio valga más que una palabra, una mirada más que una joya, una caricia más que un poema...

Quiero alguien que aún sepa tomarme de la mano cuando nuestras cabezas peinen canas, que no piense que un beso después de los cincuenta está mal visto. Quiero un sueño, una utopía posible, un territorio virgen para construir un mundo entre él y yo, para poder sobrevivir juntos al exterior y a todo aquello que no es como pudiera ser.

Quiero alguien formidable. Alguien que me ame y a quien yo ame más allá del tiempo, el espacio, el dolor y la muerte. Quiero encontrar al hombre de mi vida, eso es todo. Quiero quizá lo mismo que quieren las mujeres de todo mi planeta. Quiero tener la fuerza y el valor de no aceptarle menos a la vida. Quiero tener la fuerza de saber vivir sola si es que tampoco llega hasta mi puerto...

(Ahora empiezo a entender por qué tantos años de quebraderos de cabeza mezclados con soltería, caray...)